Accidentes de tránsito: ¿cómo funciona la culpa compartida?

Accidentes de tránsito: ¿cómo funciona la culpa compartida?

En el derecho de daños, no todos los accidentes de tránsito tienen una única víctima y un único responsable. 

La figura de la culpa compartida (o concurrencia de culpas) es un concepto fundamental que ocurre cuando la víctima también contribuyeron con su accionar negligente o imprudente a la producción del daño. 

Determinar el grado de responsabilidad de cada parte es crucial, ya que esto impactará directamente en la indemnización final a la que tendrá derecho la víctima. Es vital contar con asesoramiento profesional para establecer el porcentaje de culpa de cada conductor o peatón.

A continuación, como funciona la culpa compartida en accidentes de tránsito: 

¿Qué implica legalmente la concurrencia de culpa?

La concurrencia de culpa implica que la responsabilidad civil no recae al 100% en el demandado. El juez debe evaluar la conducta de ambos intervinientes para establecer en qué medida la víctima contribuyó al siniestro. Si se establece que la víctima tuvo un porcentaje de culpa, el monto de la indemnización se reducirá en la misma proporción.

Por ejemplo, si el daño total es de $100,000, y la víctima es responsable en un 30%, solo recibirá $70,000.

Fundamento legal: La culpa compartida se basa en el principio de causalidad. La ley civil argentina exige analizar el nexo causal entre el hecho y el daño, y si la conducta de la víctima es también una causa, su responsabilidad debe ser considerada.

Ejemplos clásicos de culpa compartida en la jurisprudencia

La jurisprudencia argentina ha definido situaciones recurrentes donde se aplica la concurrencia de culpas:

1. El peatón distraído

Si un peatón cruza una calle por un lugar no habilitado (fuera de la senda peatonal) o en medio de la calzada, y es atropellado, el juez podría imputarle un porcentaje de culpa. Esto se debe a que el peatón incumplió el deber de cuidado al no utilizar las vías legales ni respetar las normas de tránsito.

2. Exceso de velocidad y la falta de distancia

En los choques en cadena, la culpa puede distribuirse entre varios vehículos. Es común que el juez atribuya un porcentaje de culpa al conductor que circulaba con exceso de velocidad o al que no mantuvo la distancia de seguridad reglamentaria, impidiendo frenar a tiempo. La prueba pericial es esencial para demostrar estos incumplimientos.

El rol de la prueba y del abogado en el proceso

Establecer la culpa compartida no es sencillo. 

La carga de la prueba recae sobre quien la alega (generalmente la aseguradora o el demandado). 

El proceso requiere la intervención de:

  • Peritos mecánicos: para analizar daños, velocidades y la dinámica del accidente.
  • Testigos: para reconstruir el suceso y la conducta de ambas partes.

 

Un abogado especializado en accidentes de tránsito es fundamental para defender la posición de la víctima, ya sea para minimizar su porcentaje de culpa o para desestimar la alegación de culpa compartida de la parte demandada. 

La correcta interpretación de las normas de tránsito en el contexto del siniestro es la clave para una indemnización justa.

La figura de la culpa compartida busca equilibrar la balanza, asegurando que la indemnización cubra solo el daño causado por la conducta del tercero. Si usted estuvo involucrado en un accidente, es significativo determinar con precisión su porcentaje de responsabilidad para garantizar un reclamo justo y completo.

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